"Respeto
las órdenes, pero también me respeto a mí mismo". La cita, de Jean Paul
Sastre, es una de las claves de Obedezca con queja o protagonice su
futuro, el libro que el contador y doctor en Economía, Carlos Sterin,
realizó junto al licenciado en Ciencias de la Educación -con posgrados
en Psicología Cognitiva y Análisis Organizacional-, Ruben Szych, con el
propósito de ofrecer pautas y herramientas para que las personalidades
emprendedoras puedan superar su autolimitación en un contexto mundial
turbulento.
En principio, vale decir que emprendedor no es sólo
quien inicia un proyecto propio sino también quien trabaja en relación
de dependencia pero desea crecer dentro de la compañía a la que
pertenece.
Los autores argentinos de este libro editado por Del
Nuevo Extremo, tienen amplia experiencia como consultores en el país y
el exterior, por lo que han cosechado experiencias propias y ajenas que
le permitieron volcar en 239 páginas vivencias, conclusiones y
herramientas muy valorables en un coaching que está más cerca de la
compleja realidad que de la fría teorización.
En una entrevista
con Clase Ejecutiva, ambos profesionales reflexionan sobre los desafíos
de una actualidad y un futuro despojado de certezas; y aportan ideas
para que los ejecutivos y emprendedores puedan estar mejor preparados
para adaptarse y sortear las dificultades con solidez y astucia.
¿Qué observaron que falla o falta en el mundo emprendedor que los hizo pensar en escribir el libro?
-Rubén
Szych: Hay varias respuestas pero una que es muy fuerte tiene que ver
con el escepticismo, la pérdida de esperanza y de fe. Que el mundo está
teniendo cambios vertiginosos, no es ninguna novedad. Muchas personas
están esperando que se tranquilice el mundo pero nuestra perspectiva es
que no va a ocurrir. Y, a nuestro criterio, ni la universidad ni ningún
otro estudio formal, te prepara para convivir con esa turbulencia. Vemos
que muy pocas personas vienen con un bagaje genético y cultural como
para poder hacer fuerza solos en este mundo tan difícil. Proponemos, con
modestia, herramientas, dispositivos, criterios, modos de pensamiento y
valores que cruzan posibilidades de crecer y desarrollarse.
-Carlos
Sterin: Esta es una época de los des: destrato, desconfianza,
desequilibrio. Ocurre porque el viejo paradigma del capitalismo salvaje y
obsceno en el que crecimos y nos formamos, está desapareciendo. Y para
alcanzar el nuevo paradigma -que para algunos puede ser el capitalismo
participativo o algún otro sistema económico más equitativo y ecológico
humanamente hablando, con un uso más razonable de los recursos no
renovables- se necesitan décadas.
Por eso, lo que pretendemos es
dar herramientas para entender que a esta transición no hay que tomarla
con angustia y desesperación, sino como si fuera una expedición. A la
incertidumbre hay que tratarla como un misterio. Por supuesto que para
ver esta connotación positiva, hay que estar preparado mental, física y
espiritualmente. No nos tenemos que doblegar si en la empresa en la que
trabajamos nos dicen ´no sabemos qué va a pasar, a dónde vamos a parar´.
Los conductores que dicen esas cosas lastiman a la gente. Pero en lugar
de tomar eso tan venenoso, hay que pensar que uno es un explorador y,
como tal, en la experiencia algo va a descubrir. Hay que valorar más el
camino que el destino.
¿Cómo actuar para cambiar el rumbo, tanto como integrante de una compañía como generador de un proyecto independiente?-Szych:
También hay varias respuestas para esa pregunta. Una es que tanto el
intepreneur como el emprendedor externo tienen que autoconstruirse desde
los pies hacia la cabeza; porque el contexto te ofrece tantas
alternativas para echarle la culpa a la realidad de que uno no puede
crecer... Hay que encontrar el propio equilibrio. Y ser líder de los que
acompañan (si uno necesita de otros) o de los clientes (si se está solo
en el emprendimiento). Un problema serio es que la concepción de
valores actual, dentro y fuera de las organizaciones, está fija en lo
contextual. Y esa lucha no tiene salida si previamente no encontrás tu
equilibro. Para ello, la empatía es muy útil. Y la empatía es comprender
al otro; lo que no es lo mismo que aceptarlo. Pero comprender, de todas
maneras, es un primer paso para hacer algo.
-Sterin: En esto de
construirse es importante ser piadoso con uno mismo. Cada uno de
nosotros viene de un pasado, un hogar, una situación psicosocial y una
formación cultural determinadas que tenemos que tener en cuenta al
desarrollar un emprendimiento. Hay que arrancar con cierta autoestima y
valoración de lo que tengo y de lo que soy. Esto es aplicable a todo.
Conozco personas con una enorme cantidad de recursos económicos y con
formación en las mejores universidades pero que no arrancan.
Porque
con esta inmediatez en la satisfacción y este mundo tan intercomunicado
cibernéticamente, se empiezan a comparar con proyectos absolutamente
imposibles y ajenos a su persona. Si valorasen lo que tienen y se dieran
cuenta de las oportunidades que les da el hecho de estar donde están y
ser quienes son, podrían arrancar ya con proyectos de mucha fuerza.
También puedo estar en relación de dependencia y ser un emprendedor;
modificar mi estructura y ayudar a que la empresa navegue mejor en este
mundo de inestabilidad. Pero tengo que verlo desde mi perspectiva. Si
pretendo tomar las decisiones del CEO siendo el cadete, me va a ir mal.
Pero puedo ser el mejor cadete, crecer y aspirar a otras cosas.
Como
consultores con experiencias en diversas partes del mundo ¿notaron
diferencias en las preocupaciones que sufren los distintos
emprendedores?
-Szych: Por supuesto que la cultura es
determinante. Pero hay una raíz que no genera diferencias y es la
humana. En todos lados hay miedos. Podrá ser diferente el piso donde
temés caer y la visión que tenés de tu techo. Pero miedos, valores,
héroes y villanos, hay en todos lados. Estas cuestiones están
atravesadas, tanto en el mundo de las organizaciones como en el privado,
por la urgencia que parece ser la matriz de la vida. El urgentismo por
el retorno del capital y por lograr el resultado. Y lo que se abandonó
es el proceso. Creemos que hay que volver al proceso entendido como una
escalera. Saltar escalones te puede llevar, aparentemente, a ganar
espacios, pero tiene poca sustentabilidad. Carlos mencionaba a los
líderes. Este es un libro también para ellos. Los buenos líderes son los
que toman lo mejor de las realidades ajenas. Para lograrlo, escuchan.
Nos hemos entrenado para fingir que escuchamos, pero en el fondo...
Cuando la otra persona nos está diciendo algo que no concuerda con
nuestro modelo mental, en lugar de escuchar, pensamos en cómo vamos a
contestarle.
- Sterin: Esto es típico. Quiero agregar que,
además del trabajo de consultor, hago mucho trabajo social. Desde 2004
trabajo en villas de emergencia, fundamentalmente con niños y
adolescentes. Y en lo que hace a la resiliencia del ser humano -su
capacidad para sobreponerse a las adversidades- es sorprendente como, a
mayor experiencia con situaciones caóticas y catastróficas, mejor
reacción se produce frente a un nuevo problema. Teniendo en cuenta este
paralelismo, creo que en este momento de crisis global, la capacidad de
manejarse de los países latinoamericanos que han sufrido crisis de otras
características -no globales sino regionales o locales- es mayor a la
de Estados Unidos, por ejemplo. Han generado anticuerpos. Ante la
crisis, los países del Sur, por decirlo así, sentimos angustia pero los
otros entran en pánico.
Liderazgo y trabajo en equipo
El
neuropsicoeducador Ruben Szych destaca, entre otras cosas, el rol de la
mujer en las organizaciones. "No es un tema menor", apunta. Explica que
es un error no valorar su aporte y, en contraposición, hace hincapié en
el éxito que logran las empresas -como Google- en las que las mujeres
ocupan puestos jerárquicos. Indica que contar al mismo tiempo con la
mirada masculina y la femenina a nivel gerencial y presidencial permite
considerar aspectos que serían ignorados si se prescindiera de una de
ellas. "La mirada de la mujer complementa la mirada del hombre y
viceversa".
Así, la perspectiva que se introduce en Obedezca con
queja o protagonice su futuro, puede sintetizarse, según Szych al decir
que: "para garantizar que un proyecto tenga viabilidad hace falta pasar
del oír -que es un acto fisiológico- al escuchar. No son sinónimos.
Escuchar es un acto voluntario que hay que entrenar. Pero, sin embargo,
no es ninguna garantía de entender. Y entender no es ninguna garantía de
aceptar. Yo te puedo entender pero no estar de acuerdo. Si no doy
oportunidad a que el otro me diga si está, o no, de acuerdo, no voy a
poder entender después el porqué del fracaso. Ahora, si yo te digo:
´pero si vos entendiste y estuviste de acuerdo ¿qué pasó?´. Bueno, oír,
escuchar, entender y estar de acuerdo, no es sinónimo de saber hacerlo.
Tengo que garantizar que la otra persona sepa hacerlo".
Esta
conceptualización está directamente relacionada con el papel del líder.
Szych indica que "líder es aquella persona que es capaz de salir de su
propio ombligo". Que puede, quiere y sabe escuchar. Es un ejercicio, una
construcción que se realiza durante toda la vida. Por su parte, Carlos
Sterin indica que un verdadero líder es "un hombre normal, que tiene los
pies en la tierra, que tiene valores, que escucha y que tiene una real
capacidad empática; que además acciona y busca soluciones sin perder el
tiempo" y que, incluso, sabe que es necesario correr riesgos. Porque,
"el peor riesgo es no tomar ninguno".
Por último, Szych apunta
que "ser humano no es una virtud. Nacemos así. El desafío es
transformarnos en personas. No todos lo logran". Se precisa de un
crecimiento, que nada tiene que ver con la economía y las finanzas, pero
mucho con el aspecto personal y espiritual. Allí está, precisamente, la
diferencia entre el éxito y la felicidad. "Hay mucha gente exitosa que
no es feliz". Por ello, Sterin advierte sobre la importancia del respeto
a uno mismo.
Así, el autor cierra el círculo que se abrió al
comienzo de esta nota con la cita del pensador francés al afirmar que
"si una persona deja de cumplir órdenes que lo humillan, poco a poco va
haciéndose a sí mismo un líder, una persona capaz de conducir a otros.
Uno puede humillarse una vez, pero el ejercicio de la humillación
conduce a un desastre. Mata el espíritu y la chispa que tenemos todos
adentro para crear, innovar y sobrevivir".
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